jueves, 28 de mayo de 2015

Viviendo sola...

Cuantas veces pensamos "Viviendo sola esto seguro no me pasa" "Cuando viva sola voy a comer lo que quiera cuando quiera" 
Pues venga, les juro que vivir sola no es en NADA parecido a lo que pensamos.

Es todo muy lindo hasta que nos damos cuenta de que nos atracamos igual, de que comemos igual y de que la sombra de querer algo y que se nos haga inalcanzable, sigue estando ahí. Firme. A pie de cañón.
Obvio que al principio todo es mas fácil, "Uy, me comí un paquete entero de galletitas bañadas en chocolate en medio segundo, vamos a vomitarlas" Si, genial, viva nosotras.
Después de eso, viene la parte en la que pensamos "Okey, gasté $20 en ese paquete de galletitas, que me comí en medio segundo, que vomite en 2 minutos, que ni disfrute, y no solo que gaste plata al pedo que podría haberme servido para una sopa", sino que ahora tengo que sacar mis dedos de la garganta, ponerme los guantes, y dejar el baño en condiciones porque nadie lo va a venir a limpiar por nosotras. Y si, claro, me van a decir "Sucia, es que yo limpio el baño luego de vomitar" No, pues claro, yo también lo limpiaba. Tiraba de la cadena, un poco de desinfectante y eliminemos los restos de que por acá pasaron galletitas. Pero hacerlo de verdad, con ganas, y TODOS LOS MOMENTOS DESPUÉS DE VOMITAR, les juro que les saca las ganas de hacerlo.
"Pues bueno, muchísimo mejor, no como nada y listo, total nadie me controla y nadie me dice lo que tengo que hacer" 
Sisi, bravo otra vez, vivamos a base de te.
Nose chicas, yo también me mude sola pensando en todas esas cosas que se nos pasan por la cabeza cuando nos molesta que nos digan TENES QUE COMER, pero les puedo asegurar que no es tan sencillo.

Yo trate de crearme una rutina, les juro que pensaba que cuando me mude sola, iba a hacer de todo por mi cuerpo y que iba a tener el metabolismo tan rápido como el de Flash y que iba a bajar los mil kilos que me sobran en una semana, pero nose, no es fácil. Tengo mi rutina, pero también tengo mis altibajos que no dejar de existir por mas de que nadie me controle. Me levanto a las 7am, tomo mi pastilla de tiroides, desayuno mi taza de te con leche descremada, me visto y camino las 10 cuadras hasta la oficina. Hasta ahí todas bien. 
En el trabajo, yogurcito, tecito o sopita. Para almorzar verduritas o algo tranquilo. Seguimos bien. Salgo de la oficina a las 16hs, camino las 10 cuadras de vuelta y ahí es cuando todo se va al demonio y me termino comiendo hasta la comida de mi gata, y eso que no tengo NADA en casa. Y cuando les digo nada, es nada. Nada de chocolate, nada dulce, nada calorico, nada de nada. Pero hasta con galletitas de agua nos podemos atracar. 

A la noche es otro tema. Me da fiaca cocinar para mi sola. Mucha fiaca. Por eso siempre termino tomando una sopa instantánea, esas de sobrecito y a la cama. Pero al otro día, la ansiedad también me encuentra. No es que por vivir sola soy invisible a ella. Pero bueno, eso es otra cosa que dejamos para otra entrada.


Tema peso, 55 kilos. Si, asi, redonditos. Descubrí que esos 55 son mi peso estanque. Es decir ese peso en el que coma todo lo que quiera comer no sube ni baja. Queda ahí. Quietecito. Quiero que bajen. Quiero lograrlo. Quiero volver a mis piernas separadas, mis huesos de la cadera y mis clavículas


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